SIMÓN, EL PARSIMONIOSO 1 PARSIMONIA Los parsimoniosos viven en un bosque tan húmedo que, al entrar, se encogería cualquiera. Es el bosque de Parsimonia. No miden más de un palmo. Son igualitos que tú o que yo, pero en diminuto. Sus ojillos tienen el tamaño...
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SIMÓN, EL PARSIMONIOSO 1 PARSIMONIA Los parsimoniosos viven en un bosque tan húmedo que, al entrar, se encogería cualquiera. Es el bosque de Parsimonia. No miden más de un palmo. Son igualitos que tú o que yo, pero en diminuto. Sus ojillos tienen el tamaño de una semilla de amapola. La boca de piñón y los cabellos tan suaves como una volada de aire. Las manos de los parsimoniosos son rugosas y algo desproporcionadas, lo mismo que la piel, dura como el cuero. Cuando caminan lo hacen con suavidad. Parece que no se desplazan del sitio... Se mueven muy, pero que muy lentamente. Más aún que esos animales que se llaman perezosos... Más que los chinos haciendo Tai-Chi. Los parsimoniosos cuentan sus historias con pausas tan largas, que dan sueño. A veces, puedes perder el hilo, si no estás muy atento. Son muy sosegados en todo. Calmosísimos, diría yo. Tardan un minuto en abrir y cerrar los párpados. Por eso tienen la lágrima fácil. 1
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