La educación necesita tanto de formación técnica, científica y profesional como de sueños y utopía“.
(Paulo Freire)
Nadie pone en duda las bondades de la lectura.
Leer para aprender, sentir, saber, disfrutar,
soñar-se, contar, conocerse a sí mismo y...
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La educación necesita tanto de formación técnica, científica y profesional como de sueños y utopía“.
(Paulo Freire)
Nadie pone en duda las bondades de la lectura.
Leer para aprender, sentir, saber, disfrutar,
soñar-se, contar, conocerse a sí mismo y a los
demás, entender el mundo y entendernos, emocionar-se, pacificar, etc.
Lo que no está tan claro
es cómo lograr que la lectura cale, sin excepción,
en el corazón de todas las personas: desde las
más pequeñas a las más mayores.
Las familias, el
profesorado y la sociedad buscan sin descanso el
elixir mágico que logre aquello de “lectura para
todos”.
Sé que hasta ahora los alquimistas de la
lectura no han dado con la piedra filosofal que
convierta por arte de magia a una persona nolectora en lectora, tal vez sea porque no exista,
ya que la lectura, al ser mágica en sí, no admite
bebedizos, filtros u otros artilugios.
Ahora bien,
les diría desde la humildad de un mago que no
hace magia que en caso de que quieran
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