La Gallina Degollada
por Horacio Quiroga
Todo el día, sentados en el patio, en un banco estaban los cuatro hijos idiotas del
matrimonio Mazzini-Ferraz.
Tenían la lengua entre los labios, los ojos estúpidos, y
volvían la cabeza con la boca abierta.
El...
More
La Gallina Degollada
por Horacio Quiroga
Todo el día, sentados en el patio, en un banco estaban los cuatro hijos idiotas del
matrimonio Mazzini-Ferraz.
Tenían la lengua entre los labios, los ojos estúpidos, y
volvían la cabeza con la boca abierta.
El patio era de tierra, cerrado al oeste por un cerco de ladrillos.
El banco quedaba paralelo
a él, a cinco metros, y allí se mantenían inmóviles, fijos los ojos en los ladrillos.
Como el
sol se ocultaba tras el cerco, al declinar los idiotas tenían fiesta.
La luz enceguecedora
llamaba su atención al principio, poco a poco sus ojos se animaban; se reían al fin
estrepitosamente, congestionados por la misma hilaridad ansiosa, mirando el sol con
alegría bestial, como si fuera comida.
Otra veces, alineados en el banco, zumbaban horas enteras, imitando al tranvía eléctrico.
Los ruidos fuertes sacudían asimismo su inercia, y corrían entonces, mordiéndose la
lengua y mugiendo, alrededor del patio.
Pero casi siempre estaban apagados en un
som
Less