POR ANA ALGABA BENÍTEZ CLASES DE NAVEGACIÓN EN EL PISO QUINTO DEL NUMERO 47 DEL PASEO DE LA CASTELLANA. Pasaron varios años y estos críos ya no eran tan pequeños. Eran más mayores, habían crecido, y seguían obteniendo matrículas de honor en los cursos que...
More
POR ANA ALGABA BENÍTEZ CLASES DE NAVEGACIÓN EN EL PISO QUINTO DEL NUMERO 47 DEL PASEO DE LA CASTELLANA. Pasaron varios años y estos críos ya no eran tan pequeños. Eran más mayores, habían crecido, y seguían obteniendo matrículas de honor en los cursos que cursaban, pero había una cosa que no había cambiado, su imaginación, fantasía y creatividad. Evidentemente ya no se esforzaban para obtener premios de sus padres, lo hacían para conseguir su sueño, ser capitán de la marina. No es nada sorprendente que este par de hermanos fuesen a tripular un barco ya que, en sus sueños llevaban haciéndolo durante toda su vida. Ahora obtendrían el premio por el que tanto habían luchado, hacer realidad su sueño, y aunque siguieran navegando en casa de sus padres pronto surcarían grandes olas.
Less