El abandono de vehículos supone un grave perjuicio para el taller al afectar al proceso productivo, puesto que ocupan un lugar en el recinto que no se puede dedicar a la actividad propia del taller. Así, los talleres se convierten en depositarios de un bien...
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El abandono de vehículos supone un grave perjuicio para el taller al afectar al proceso productivo, puesto que ocupan un lugar en el recinto que no se puede dedicar a la actividad propia del taller. Así, los talleres se convierten en depositarios de un bien ajeno, del cual tienen la responsabilidad de custodiarlo y mantenerlo, responsabilizándose del mismo hasta su recogida. Por tanto, no sólo supone la ocupación innecesaria e improductiva de espacio, sino la asunción de la responsabilidad de custodia de un bien ajeno. Hasta la reciente modificación de la legislación, las posibilidades de actuación del taller eran limitadas, al existir cierto vacío legal; las soluciones a las que podía optar, entonces, eran las siguientes: ■ 1. Proceder a la ejecución de la deuda (judicial o extrajudicial), al no atender el propietario del vehículo las deudas contraídas con el taller: coste de reparación del vehículo y/o gastos de depósito por estancia del vehículo. ■ 2. Acceder a la propiedad del vehí
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