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UNA HISTORIA DE CASTILLOS
Hace muchos, pero muuuuchos años (unos mil y pico para ser
más exactos), vivía en un gran castillo una gran familia.
Pero no
os vayáis a pensar que voy a contar aquí una historia de reyes
poderosos, de princesas hermosas y...
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UNA HISTORIA DE CASTILLOS
Hace muchos, pero muuuuchos años (unos mil y pico para ser
más exactos), vivía en un gran castillo una gran familia.
Pero no
os vayáis a pensar que voy a contar aquí una historia de reyes
poderosos, de princesas hermosas y caballeros valientes.
.
.
O
quizá sí.
.
.
El caso es que la familia de la que vamos a hablar no vivía en
los grandes aposentos del castillo, sino en la parte baja del
mismo.
El padre tenía una pequeña herrería a la que los caballeros acudían cuando querían reparar o
afilar sus armas.
Siendo sinceros, podríamos asegurar que no se trataba de la mejor herrería
del castillo, pero el herrero trataba cada espada, cada hacha, y cada escudo con tanto cariño
como si fueran suyas, y los clientes que le visitaban una vez, siempre volvían.
Su mujer se encargaba (además de ayudarle en la herrería) del cuidado de la casa (que era
poco más que una habitación en la que dormían, comían y se calentaban junto al fuego todos
juntos) y de sus hijos, de d
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